No hace falta que te cases conmigo. Pero sí deberías hacerlo con tus empleados. Porque si quieres fidelizarles, necesitas enamorarles. En inglés lo llaman employee engagement.
Cuando oigo hablar de retención del talento, me explota la cabeza; cuando se habla de happiness, me echo a temblar. Si tienes que “retenerles” o lo único que se te ocurre es hacerles fiestas, algo no va bien con tu bienestar organizacional. Necesitas motivarles, trabajar en sus planes de carrera, revisar su compensación, potenciar su desarrollo, medir vuestro clima laboral, promover una conciliación real, generar teambuilding, coachear su potencial…
Para que tengas gente buena, que sea buena gente y que además sienta compromiso con tu compañía y tu cultura.
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