MUJER HOY: ¿Cómo podemos identificar al llamado chantajista emocional, ese tipo de persona que tiene una habilidad especial para que actúes conforme a sus intereses, muchas veces sin que te des cuenta? Sus rasgos, su actitud, sus recursos…
MUJER HOY: ¿De qué manera podemos protegernos ante ese tipo de personas para evitar actuar tal como esa persona desea? Comportamiento, actitud, identificación del problema…
ELISA AGUDO: Se me ocurre regalarte un Manual del ex-chantajeado:
1.Reconoce al chantajista. Punto especialmente crítico, porque puede ser de tu círculo más cercano, de tu grupo de amigos, de tu entorno de trabajo, o incluso de tu propia familia. Si se trata de una persona que necesita de tu ayuda, pero que te quiere realmente, nunca hará nada que te dañe a ti para salvarse él. Las personas que nos aprecian de verdad suelen sacar las mejores cualidades de nosotros mismos y consiguen que queramos ser mejores personas. Todo contacto que te haga sentir mal contigo mismo sin razones de peso puede estar escondiendo una relación tóxica.
2.Escucha sus razones. No se trata de juzgar ni de enfadarse a la primera. Cuéntale a esa persona que no te está haciendo sentir bien, o que vuestra relación te daña en tal o cual aspecto y espera a ver si se había dado cuenta y si comprendes sus motivos. Sin embargo, sean los que sean, aclara que tú no puedes asumir sus cargas porque no te corresponden.
3.Convéncete de una cosa: tu chantajista NO QUIERE QUE LE AYUDES a solucionar su vida, quiere que se la soluciones tú. Con todo el respeto y empatía de los que seas capaces, recomiéndale un buen terapeuta o coach. Si se trata de un vampiro, te darás cuenta de que rechaza la ayuda profesional. Y no se negará porque le falte tiempo o dinero, sino voluntad. Tú eres un recurso mucho más a mano y por desgracia más mangoneable que alguien que se dedica a tratar a estos manipuladores. Por supuesto, para contrarrestar cualquier pensamiento lúcido que tú puedas tener al respecto, te enredará de antemano con lisonjas y cumplidos, del tipo '¿Quién me va ayudar mejor que tú?'... La clave para detectar si alguien te admira o te está toreando se presenta si a la vez de los piropos te están llegando señales contradictorias, como esa culpa o esa desazón de las que hablábamos. No te dejes adular por un encantador... de serpientes.
4.Busca alternativas. A esa persona, a ese tipo de relación, al número de veces que tenéis que frecuentaros, o a lo que necesites. Siempre hay opciones, si no se te ocurren pregunta a alguien querido o a un profesional… pero sin manipularle, ¿eh? ;-)
5.Valora las consecuencias. A veces tomar medidas nos puede ocasionar algún que otro disgusto, así que antes de actuar, plantéate qué ocurrirá si decides detener el abuso. Pero recuerda siempre poner entre la lista de consecuencias la de perderte el respeto a ti mismo ¿Hay algo que compense eso?
6.Marca tus límites:
Entrena la asertividad. Expresa lo que necesitas, o lo que no necesitas. Si no sabes por dónde empezar, existen técnicas de comunicación no violenta que te podrían resultar útiles, como el método D.E.N.E.P.A.
Di que no. Un no pronunciado a tiempo puede ser el mejor remedio para que dejen de vampirizarte.
Silencio. A veces es el único límite posible.
El más drástico, pero en ocasiones imprescindible, puede ser cortar por lo sano. Sal de ahí y no mires atrás.
7.Si quieres escuchar a la voz de la experiencia en relaciones fallidas, que por fin se ha rehabilitado, hazme caso y hazte un favor: rodéate de personas increíbles, que te hagan sentir que eres un ser humano único y especial, y que te demuestren con sus actos (y no sólo sus palabras) lo importante que eres para ellos. Y por supuesto, eso empieza con que tú mismo te creas todo eso ;-)
MUJER HOY: ¿Cuáles son los efectos que puede causar sobre nuestra persona dejarnos llevar por la influencia de un/una chantajista emocional?
ELISA AGUDO: Para empezar, una sensación difusa y algo meliflua de turbación e intranquilidad. Por ejemplo, podemos pensar que tampoco es para tanto, que no nos está haciendo/pidiendo nada importante, o bien sentir algo así como un malestar indefinido. Eso es nuestro sabio inconsciente, que nos está avisando de que algo va mal y que sería interesante detenerlo cuanto antes.
Para continuar (es decir, cuando hacemos caso omiso de nuestras alarmas internas), suelen aparecer sentimientos de culpa. Suelen estar relacionados con nuestro pasado en común con esta persona, o con lo que creemos deberle por lealtad o compañerismo, o con la incertidumbre de que hay otras cosas que (real o aparentemente) él o ella nos proporcionan a cambio. Pero si surge la culpa en vez de una sensación de bienestar, es un nuevo aviso de que no se está cumpliendo una de las leyes del enfoque sistémico: el equilibrio entre el dar y el recibir.
En procesos más avanzados de absorción emocional, se puede dar incluso la circunstancia de que creamos que hemos sido nosotros mismos quienes hemos provocado el problema. Si el chantajista es hábil (¡y suelen serlo!) nos llevará sutilmente a ese punto en el que olvidemos cómo se originó la situación y nos centremos sólo en que, por alguna extraña razón, nos toca a nosotros solucionarla.
Si dejas que uno de estos personajes entre en tu vida (o si no le sacas a tiempo de ella), acabará tomando el control, porque esa es su naturaleza y su objetivo último. Eres libre de decidir, pero luego no digas que no te lo advertimos ;-) Piensa que, en el fondo, esto es como cualquier otro maltrato psicológico: si no le pones límite, sólo puede ir a peor.
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