¡Hemos estrenado actividades en Málaga! Y no podía ser en un lugar mejor que el nuevo local de La Domadora y el León, en Frigiliana. Un selecto grupo de aguanosos se atrevió a desafiar a sus mentes con una técnica nada racional, las constelaciones familiares, en un entorno acogedor de confidencialidad y respeto.
Este concepto sistémico siempre me resulta difícil de explicar, por eso siempre digo a quienes me preguntan “¿qué es una constelación?” que mejor vengan a verlo ellos mismos, que les invito. De todas formas, puedes leer algunas entradas antiguas explicándolo (aquí) y especialmente ejemplos reales de otros casos:
unas constelaciones de negocio
otras constelaciones familiares
unas constelaciones sociales (sobre los funcionarios)
o, como no, otras sociales (sobre el ‘BenditoVirus’)
En un taller de constelaciones sistémicas, se pueden tratar asuntos familiares, profesionales,… o sociales, ¡todo lo que surja! También cualquier incidencia de salud, situación personal reincidente, u obstáculos que supongan una resistencia en tu vida. En esta ocasión, la idea era poder desbloquear las dinámicas de conflicto o bloqueo que generalmente existen en cualquier sistema familiar y para ello fue necesario convocar a un pequeño grupo, pues cualquier trabajo de reconciliación se nutre de la voluntad de cambio del protagonista y de todo el equipo que le apoya.
En este tipo de sesiones, algunos de los participantes trabajan su asunto (“constelantes”) y otros simplemente asisten (“representantes”) ayudando a generar las dinámicas para los constelantes. En ambos casos, todos viven una experiencia conmovedora, nada imparcial y que les hace ver otros puntos de vista ricos y complementarios. Cada caso es diferente, pero se puede tardar entre 30 y 90 minutos en tratarlo, de manera que da tiempo a que constelen varias personas durante media jornada. ¡Tod@s sois bienvenid@s!
Aquí tenéis la convocatoria del evento en Facebook y un par de momentos de nuestros valientes participantes.
Para quienes me preguntaron al final del taller, “¿qué hay que hacer ahora?”, lo mejor de un trabajo de este tipo es que después de terminar no hace falta ABSOLUTAMENTE NADA MÁS. Mi sugerencia es que dejéis cocinar al chup-chup todo lo vivido, sin tratar de explicarlo, sólo permitiendo que haga lentamente su efecto…
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